Un rumor sobre la hospitalización de urgencia del Presidente de la República por una posible sobredosis de droga, que terminó invadiendo las redes sociales, se convirtió para los internautas en una verdad de apuño, lo que obligó a que la presidencia expidiera un comunicado desmintiendo el rumor.
No es la primera vez que en el país se habla se las posibles adicciones del primer mandatario, tanto al alcohol como a las drogas, lo que plantea una discusión que ha querido llevarse al Congreso de la República sobre la importancia de aprobar una Ley que permita realizar valoraciones psicológicas a los mandatarios e incluso exámenes periódicos que descarten el consumo de este tipo de sustancias.
Lo anterior pone de presente una inquietud que muchos se hacen y es si el estado de salud -física y mental- de un Presidente es asunto de interés nacional. Sobre el particular hay diversidad de opiniones. El artículo 15 de la Constitución Política establece que las personas tienen derecho a su intimidad personal. Sinembargo, muchos analistas políticos expresan que entratándose de la persona cuyas decisiones definen el rumbo de toda una nación, la regla permite la excepción.
En Estados Unidos es común que el propio Presidente divulgue mediante un comunicado su estado de salud. En Mexico, el Instituto Nacional de Transparencia ha insistido en la necesidad de divulgar este tipo de información luego de cumplir ciertos requisitos. La discusión está abierta y mientras el Presidente Petro siga dejando a un lado su agenda de manera misteriosa, seguirá alimentando las especulaciones.
