La vía Ibagué – Bogotá se convirtió en un verdadero dolor de cabeza y un reto para el transporte de carga. A las interminables obras de la tercera calzada que convirtieron un viaje de 3 horas en uno de 7 horas y hasta más, se suman los recientes bloqueos por los incumplimientos del gobierno nacional.
En febrero ex guerrilleros de las Farc taponaron la vía hacia Bogotá a la altura de Girardot debido a lo que ellos mismos han llamado _’incumplimientos recurrentes’_ a los acuerdos por parte del gobierno del Presidente Gustavo Petro. La protesta generó multimillonarias pérdidas al transporte de carga y traumatismos a los pasajeros que debían movilizarse por esa vía.
Ahora el turno es para los arroceros, quienes mantienen bloqueadas todas las vías que conducen a la capital de la República, en protesta -entre otros- por los precios del arroz en cáscara que a juicio de los productores debe estar en 220 mil pesos (hoy el precio es de 185 mil pesos); alivio a las deudas con la banca así como la reducción de intereses y condonación parcial de deudas de capital.
Tanto éstos (agricultores), como aquéllos (firmantes de paz) tienen sólidas razones para protestar, pero el costo que se paga es muy alto. Millonarias pérdidas en el transporte de mercancías; otro tanto en el de pasajeros, lo que hace que la competitividad de la región centro del país en departamentos como Tolima y Huila se vea afectada. Mientras tanto, el más reciente paro continúa sin solución a la vista.
