Ibagué. La situación derivada del paro arrocero ha generado fuertes críticas por parte de autoridades locales y gremios del Tolima, quienes denuncian un impacto económico y social significativo en la región, ante la supuesta inacción del Gobierno Nacional.
“La verdad es lamentable lo que estamos viviendo, y más lamentable aún la desidia con la que el Gobierno ha abordado el paro”, expresó un vocero del departamento, quien denunció que la ocupación hotelera ha disminuido en más del 50% debido a los bloqueos viales y la inseguridad para los viajeros.
Las consecuencias no solo han sido económicas. El transporte de alimentos, productos agrícolas y pasajeros se ha visto seriamente afectado, paralizando en gran medida la movilidad dentro y fuera del departamento. Además, eventos culturales y festivos, como los programados en Carmen de Apicalá y Chaparral, han sido cancelados o desarrollados con limitaciones logísticas y baja asistencia.
“Un paro no genera nada bueno. Ayer, por ejemplo, regresaba de Bogotá y en el peaje de Gualanday nos encontramos con una larga fila de vehículos, incertidumbre, y personas —incluso niños y adultos mayores— en condiciones indignas”, relató el vocero, subrayando la falta de acción gubernamental ante los efectos colaterales que esta protesta ha tenido sobre toda la población.
El llamado fue claro: el Gobierno debe atender con mayor sensibilidad y prontitud las necesidades del sector arrocero, sin descuidar los derechos del resto de los ciudadanos.
“Estoy de acuerdo con la protesta, la promuevo, pero también creo que nuestros derechos terminan donde comienzan los derechos de los demás. Y en este caso, los bloqueos están afectando gravemente a miles de personas inocentes”, concluyó.
Mientras tanto, la comunidad del Tolima sigue a la espera de soluciones concretas por parte del Ejecutivo, en medio de un clima de tensión, pérdidas económicas y creciente malestar ciudadano.
