Tras dos años de estudios y análisis, Cortolima (Corporación Autónoma Regional del Tolima) dio el visto bueno para la concesión de aguas en la quebrada Corazón, lo que se convierte en una muy buena noticia para los habitantes de Ibagué.
La administración municipal urgía el permiso para poder avanzar en una fuente de suministro alterno de líquido y así dejar de ser ‘Combeima dependientes’.
La noticia no deja de tener un trasfondo político, ya que demuestra que las tensiones entre la administración de Johana Aranda y Adriana Magali Matiz, han disminuído o por lo menos existe voluntad de ambas partes para avanzar en los proyectos de ciudad.
En varias oportunidades, la alcaldesa se había reunido tanto con la gobernadora como con la directora de Cortolima, Olga Lucía Alfonso, para darles a conocer la importancia de la concesión y la gravedad de una negativa. Eso si, existía escepticismo entre algunos funcionarios debido al enrarecido ambiente político que rodea la relación alcaldía – gobernación. Por lo visto, la gestión de Aranda dio buenos frutos.
